Dr... “NO ENTRO EN ESTE MUNDO!!”

Esta es la charla que tuve con una paciente en consultorio, la cual me dio su permiso para compartirla con todos ustedes. La llamare Claudia, para darle una identidad.

Claudia entro al consultorio, nos saludamos y se sentó frente a mi… “Dr. Agustin vengo a que me haga bajar de peso, estoy cansada de no entrar en ningún lado!!” y vi en sus ojos una mezcla de bronca y dolor. Yo no soy psicólogo, pero le dije…”Claudia, vos tenés una enfermedad y la sociedad no sabe de qué se trata, el mundo no está preparado para contener a las personas con obesidad”

Le explique cada programa que ofrecemos en el equipo y porqué es necesario el trabajo interdisciplinario para combatir esta enfermedad, analizamos las alternativas entre su trabajo y familia y lo que íbamos a hacer para también tratar su diabetes al mismo tiempo.

Lo que más me costó es que Claudia entienda que la obesidad es una enfermedad, de la que ella no tenía la culpa, fue muy difícil tener esta charla con alguien que quería bajar de peso por que el mundo no la quiere incluir, y no porque ella quisiera estar bien, dormir sin ahogarse o poder sentarse en el piso a tomar mate.

Este día me atrase en el horario de las consultas que seguían, pero creo que era necesario que alguien escuchara a Claudia, y esto no se trata de lo que sentí, sino de lo que ella confeso mientras se le caían las lágrimas, yo soy el cirujano del equipo, y la angustia de Claudia no sabía cómo manejarla, entonces sin dar consejos que pudieran complicar la situación, solo la escuche.

Lo que no estamos viendo como sociedad es que, esta enfermedad, la obesidad es la moneda que la componen las dos caras, de un lado el factor que engloba lo social, político, económico y educativo y por el otro lado la predisposición orgánica de la persona para tener obesidad o sobrepeso. Está considerada por la ONU como La Pandemia del siglo XXI, Yo pregunto… acaso nos burlamos de una persona se contagió de COVID? Nos reímos cuando no podía respirar o casi murió? Tratamos a las personas según nuestra concepción de lo que merece por su físico, y ahí entramos en un bucle que nos lleva a poner sobrenombres, hacer chistes y juegos que no fueron consentidos por la persona con obesidad.

Alguna vez le preguntaste a tu amigo “el Gordo Pereyra” si realmente se siente bien si le dicen así? Si los chistes sobre su panza de embarazada, o que con las patas flacas y la panza parece un chupetín, realmente le dan gracias? Sabes si el Gordo Pereyra a veces sufre por algunas de las cosas que le pasan a Claudia?

Las miradas en la calle, las risas, los apodos, los chites, los insultos, las frases de cariño que incluyen – pero estas tan gorda o gordo! - son parte de la vida cotidiana de una persona con esta enfermedad, imagínate que cada día recibas del mundo tantas expresiones y gestos que te maltratan, denigran y hieran tu alma, serias una persona feliz?

“Todos quieren que seas linda y eso es ser flaca, si no tenes un cu_o hermoso no sos nada, imagínese, yo no entro en el baño de un bar, así que cuando salgo con mis amigas vuelvo rápido si el lugar tiene los baños con los boxes como los hacen ahora. Hay días de esos… que no quiero sonreír, que se yo un día que te levantas cruzada, pero para que la gente te quiera tenes que ser amable y simpática. Tengo familia y algunas amigas, solo una sabe lo que siento, porque me da vergüenza hablar de esto, pero estoy muy triste, es muy feo fingir que no pasa nada si no me puedo sentar en una silla por que no entro o es de plástico, cuando me miran en la calle y se ríen por cómo me visto, es que los talles xxxl no son reales, entonces cuando encuentro algo que me puede entrar me lo compro, ya no me importa si es de hombre o mujer, hace como 15 años que no voy al cine por ejemplo. Estoy cansada y harta de todo, no entro en este mundo de mier…”